la situación de la derecha colombiana: decadencia y tácticas de exclusión
- RAZONES TENGO

- 1 nov
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Actualizado: 18 nov

La voracidad de la derecha y su actitud frente al progresismo.
En el contexto político actual, se percibe que la izquierda cuenta con ventajas significativas derivadas de las acciones emprendidas por la derecha, las cuales parecen ir en detrimento de su propio pueblo.
La forma como la derecha actúa, especialmente a través de figuras autoritarias y agresivas, deja en evidencia un comportamiento irracional y hostil hacia la izquierda y el progresismo a nivel mundial. Esta actitud se refleja en amenazas e intimidaciones constantes dirigidas a los gobiernos populares de corte progresista, lo que, a su vez, envalentona a la ultraderecha, llevándola a adoptar posturas cada vez más reaccionarias y violentas. En este contexto, la población cuyo principal anhelo es lograr desarrollo y estabilidad económica para sobrevivir, se ve atrapada en una peligrosa dicotomía política.
En la actualidad, resulta preocupante el nivel de maltrato y bajeza al que ha llegado la derecha en Colombia, que en medio de su desprestigio y decadencia busca apoyo en figuras externas que, de manera estrepitosa velan por mantener su hegemonía. Al mismo tiempo, se subestima el crecimiento y la importancia de la izquierda progresista en el contexto mundial. Recurriendo a la figura del "matón americano", auspiciado por el maniqueísta Marcos Rubio que detesta los gobiernos progresistas de América Latina, con el objetivo de agredir al pueblo colombiano y descalificar la vida pública del presidente social demócrata de Colombia y señalarlo de líder del narcotráfico e incluirlo en la lista Clinton. Esta estrategia, lejos de limitarse a la ofensa, evidencia el estado de degradación de la política nacional, especialmente en un contexto de año electoral. La derecha aprovecha sus relaciones mafiosas para debilitar aún más una izquierda parca y desorganizada por carecer de una estructura uniforme que sostenga hacia el futuro, sin egoísmo, el proyecto progresista del actual gobierno.
Este patrón de comportamiento se replica de manera evidente en la derecha colombiana, que ha tocado fondo al implementar estrategias destinadas a impedir un debate electoral justo y en igualdad de condiciones. Un ejemplo claro es el hostigamiento e intento de dividirla mediante la negación de la personería jurídica a movimientos como Colombia Humana y al Pacto Histórico, hoy la principal fuerza política del país. Esta maniobra supone una burla a los candidatos elegidos democráticamente en octubre, quienes, por esta razón, no podrán participar en el debate electoral de marzo ni por Colombia Humana ni por ningún otro partido o movimiento, ya que incurrirían en doble militancia.
Las acciones de la derecha son una muestra más de la decadencia política que afecta al país. Esta forma de actuar pone en evidencia su gran falta de apoyo popular y la potencia de una maquinaria propagandística que, lejos de construir democracia, profundiza la crisis institucional; el comportamiento de la derecha, basado en patrones que no pueden ocultarse, ha llegado a compararse con actitudes barriobajeras donde la incultura se impone sobre la decencia, dejando claro el profundo deterioro de la vida política y la urgencia de un cambio real orientado hacia la inclusión y la participación ciudadana.
Si la derecha pretende ganar el apoyo de un país dividido, debería ir más allá de los memes y adoptar políticas que realmente contribuyan a mejorar la vida de las personas. Sin embargo, la realidad muestra que están profundizando su propia crisis, evidenciada por la falta de propuestas y de coherencia política.
La reconstrucción de la confianza y del capital humano representa un reto igualmente desafiante, pero parece no ser una prioridad para la derecha; si realmente quieren ganar en 2026 y más allá, deberán reaprender a gobernar para la mayoría y no limitarse a la oposición en nombre de una minoría, de lo contrario son sólo amenazas vacías, ya que el ruido mediático no se traduce en poder real.
En la actualidad, la derecha se ha convertido en un conglomerado de mafias competidoras, dominadas por estructuras de poder cuya lealtad ya no responde a la nación, la religión o la ideología, sino al enriquecimiento personal de sus miembros. Personas que, por diversas razones, no desean ni piensan integrarse a la ciencia ni a la economía, se han convertido en políticos por defecto, han optado por la política como medio para desarrollar una carrera, al no haber conseguido éxito en el sector privado. Una tendencia, que observo en Norteamérica desde hace más de veinte años, señala que, el sector privado resulta más atractivo para los individuos competentes que el sector público o político. Así, quienes no han logrado destacarse en otras áreas terminan dirigiendo los destinos del país, lo que se traduce en la ausencia de iniciativas para resolver problemas estructurales y de desarrollo.
Las actuales dinámicas políticas no parecen debilitar a la izquierda colombiana. Por el contrario, estas circunstancias pueden llegar a favorecerla de manera significativa. La experiencia demuestra que los movimientos opositores, lejos de conseguir sus objetivos iniciales, pueden contribuir inadvertidamente al fortalecimiento de sus rivales.
Por, Edvards Mercado
Analista Político





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