top of page

La urgencia de la unidad progresista ante el avance del autoritarismo

Actualizado: 12 dic

ree

El próximo año, Colombia celebrará elecciones presidenciales. El actual presidente, Gustavo Petro, se encuentra ya sometido a presiones crecientes por parte de la administración estadounidense; estas injerencias externas están cobrando cada vez más relevancia en la escena política del país, marcando el entorno previo a los comicios.


Colombia comienza a anticipar lo que podría ser el inicio de un nuevo gobierno de extrema derecha, la cual no tiene programa de gobierno ni propuestas para sus votantes y carente de discurso, pero sus acciones se perfilan hacia una transformación radical en diversos ámbitos clave del país: destrucción total de la salud, la educación pública, eliminación de servicios sociales, eliminación de impuestos para los sectores más ricos, lo que incrementaría la concentración de la riqueza y profundizaría las brechas sociales, eliminación de las voces críticas, además de “destripar” a la izquierda, debilitando su capacidad de acción y representación política. Reducir el estado hasta donde se difuminen todas las iniciativas y proyectos sociales desarrollados por el actual gobierno; cooptar las instituciones judiciales y la policía, amenazar por medio de lawfaer. Imitar al gobierno de Estados Unidos, con el nombre del ministerio de defensa por el de guerra, retomarán las ejecuciones extrajudiciales, disminuir los salarios y profundizar la desigualdad social. Se revivirá un autoritarismo duro, desconociendo el DIH y desconexión de la realidad global, especialmente en lo referente a la crisis climática que amenaza la vida en el planeta. Expropiarán bienes e inmuebles y tierras cedidas a sus propietarios por el actual gobierno, retomarán el saqueo de los recursos naturales para complacer a los amos del norte. Convertirán a Colombia en una base militar de cielo abierto para facilitar una intervención de los EE. UU. en Venezuela, lo cual podría derivar en una masacre del pueblo venezolano y en la mayor migración del mundo en pleno siglo XXI. El narco paramilitarismo dejará de ser ilegal ante el pueblo y las masacres naturalizadas por una sociedad inerte ante la barbarie.

La extrema derecha, aliada de los neoconservadores de Florida y Washington, han demostrado su disposición para emplear tácticas agresivas y desleales. Prueba de ello es la propuesta y posterior apoyo para incluir a Gustavo Petro y Armando Benedetti en la lista Clinton, con el único objetivo de someterlos y ejercer presión sobre ellos. Este tipo de maniobras anticipa una campaña electoral aún más peligrosa, señalamientos y marcada por autoatentados, la compra descarada de votos, una Registraduria Nacional predispuesta a favorecer el fraude electoral, encuestas amañadas y medios de comunicación celebrando victorias anticipadas y contribuyendo a la manipulación del escenario político, y potenciadas por la emoción de influencers de derecha.

Tal como se presentan las circunstancias, existe la posibilidad de que figuras como Donald Trump acaben declarando al ganador de las elecciones colombianas, con el aval de quienes actúan conforme a sus propios intereses, con la capacidad de definir el futuro presidente del país.

ree

En este escenario, tanto los poderosos como las masas comienzan a perder de vista los límites, dónde comienza y dónde termina la realidad, los autoritarios en ciernes adoptan cada vez más esta estrategia para tomar el poder y mantenerlo.

Esta mezcla explosiva de ignorancia y poder, tarde o temprano, nos explotará en la cara.


Frente a esta situación, resulta imprescindible que todos los partidos, movimientos y organizaciones sociales, así como los actores políticos que se identifican con el progresismo, el liberalismo y la centro izquierda, unan fuerzas en torno a un Frente Amplio; solo mediante la construcción de este espacio común será posible respaldar una candidatura única de centro izquierda, capaz de aglutinar a todos los sectores políticos del país y servir de muro de contención ante la furia autoritaria de la extrema derecha.


La unidad no solo debe buscar el triunfo electoral, sino también la garantía de un proyecto político sostenible en el tiempo, que controle el auge autoritario proveniente de la extrema derecha. La unidad progresista no es solo necesaria, sino urgente, para enfrentar y controlar el avance del autoritarismo y proteger los recursos y la democracia del país.

Aunque las encuestas difundidas por medios corporativos anticipan con seguridad el triunfo de la derecha en las elecciones de 2026, la visión y el sueño de país que promueve el títere outsider de la derecha se asemeja a modelos como el de Uribe, la Colombia de Trump o la gestión de Milei en Argentina, consolidando una posición vasalla y conservadora en el contexto internacional, normalizando el genocidio, la crueldad y la mentira, utilizando la violencia física o institucional para neutralizar a sus adversarios y hostigar a países hermanos.


Confiamos que esta pesadilla nunca se cumpla.


La democracia sobrevivirá si el pueblo en masa se levanta contra el autoritarismo.

 

Por. Edvards Mercado

 

Comentarios


bottom of page